Antes de definir qué clase de estudiante queremos ser, debemos saber qué clase de estudiante estamos siendo, para empezar a trabajar desde ahí.
Cuanto más nos conozcamos, cuanta más consciencia tengamos sobre nuestras virtudes y dificultades, mejores decisiones podremos tomar, en el estudio y en la vida.
Esta clase quizá sea la más importante de todas. Los mitos que nos rigen determinan cada cosa que hacemos en la vida, especialmente inconscientemente. Tomar consciencia de nuestros mitos es abrirnos a la posiblidad real de cambiarlos y cambiar así nuestra realidad.
La palabra dicha mentalmente u oralmente es creadora. Es puente entre lo concreto y lo sutil. Tenemos que construir los puentes que nos lleven adonde queremos ir. Cambiar el molde.
Todo el proceso de mirarnos con honestidad y profundidad tiene como único objetivo llegar a responder con la mayor precisión posible la pregunta: Qué quiero. Conectar con el deseo genuino es parte fundamental en el proceso de cumplir con nuestros objetivos.
No todos aprendemos de la misma manera. Saber qué tipo de estudiante somos al momento de procesar y absorber la infromación puede ser un gran recurso para no perder tiempo ni energía en los modos de aprender.
Te dejo en este especio un recorte de la entrevista a Mario Puig donde narra un ejemplo inmejorable del gran poder de las palabras que se repiten en nuestra cabeza o porque nos las dijeron una y otra vez, o porque nos las dcimos permanentemente. Para reflexionar.